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La patronal del Contact Center (CEX)

El contact center ha sido uno de los sectores productivos que más han incrementado sus beneficios a consecuencia de la pandemia. Esto se debe, entre otras razones, a un aumento generalizado del
consumo digital y telemático de distintos productos y servicios, y sobre todo se debe al enorme ahorro que ha supuesto para las empresas el teletrabajo, del que, salvo una única excepción, no han abonado un solo euro a trabajadores y trabajadoras.

Por otra parte, accionistas mayoritarios de diversas empresas han aprovechado la coyuntura para hacer caja y vender sus empresas al mayor precio posible. Tal ha sido el caso de la anterior dueña de Unísono, María del Pino, que salió por patas con la pasta después de haber jurado a la plantilla en diversos focus group que ella no vendería jamás la empresa”. Ahora nos llamamos Intelcia y, como diría aquel, la vida sigue igualigual de mal.

Decíamos hace poco que las empresas de nuestro sector parecen Los juegos del hambre. Mientras algunas compañías han desaparecido o están próximas a desaparecer, tras pasar por continuos procesos de despido colectivo, en el otro lado está el gigante Konecta, en pleno proceso de digestión de Comdata (antes Digitex). Y bajo este movimiento tectónico, diversos grupos inversores están al acecho.

En esta época de bonanza para el sector (hablamos de beneficios récord año tras año), lo único que plantean para el próximo convenio colectivo es recortes (de derechos y económicos) para los trabajadores y trabajadoras. Las empresas de contact center, cuya actividad se limita a ser intermediarias de mano de obra, con salarios de miseria, se ha ahorrado buena parte de sus instalaciones y suministros en estos últimos meses. Es decir: negocio a riesgo cero. No son creadores de riqueza, ya que sólo garantizan precariedad. No representan el futuro, ni el progreso, ni la digitalización, ni la modernidad en las relaciones laborales.

Algunos los han llamado piratas.
No parece que la definición sea muy justa.

Los piratas, al menos, asumían riesgos para hacer de las suyas.

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