CGT

Ya es una tradición este “presente navideño” que desde CGT le entregamos cada año a los dueños de la empresa. Un reconocimiento en toda regla a la explotación  laboral, al incumplimiento sistemático de derechos de las trabajadoras, a la hipocresía  corporativa y a la codicia de la empresa que, año tras año, obtiene beneficios récord  mientras la plantilla sufre lo que no está escrito para llegar a fin de mes.

El destinatario de nuestro presente navideño, al igual que el año pasado, es Karim Bernoussi, CEO y co-fundador de Intelcia. Hace escasos meses, Bernoussi declaró ante los medios que Intelcia prevé facturar 1500 millones de euros en  2025. Desde Intelcia también se publicó recientemente el libro “Alea Jacta Est” (La  suerte está echada), donde se hace un repaso de los 20 años de historia de la compañía. El propio Bernoussi destacó cuestiones como “la importancia de crear un  ambiente amigable para los empleados” (declaraciones para  www.infomediaire.net) en torno a la presentación del libro.

Ahora hablemos de la realidad. En Unísono-Intelcia, 2022 se ha caracterizado  por una nueva política de comunicación entre la compañía y la plantilla: llamadas telefónicas por parte de personal no sanitario (mandos intermedios) a las personas que  están de baja médica, sanciones y apercibimientos constantes en diversas campañas  por no llegar a unos objetivos que son irrealizables y el uso de mensajes por medio de  Creatio para amenazar a la gente con el régimen sancionador.

Así es como ha creado Intelcia un “ambiente amigable para los empleados” en  2022.

Por todo ello, hemos decidido regalar a Karim Bernoussi un gran contenedor de  basura. Allí podrá lanzar las promesas incumplidas y las palabras huecas. Intelcia es  una trituradora de derechos laborales. Lleva siéndolo desde hace más de 20 años,  aún antes de que existiera Intelcia.

En las páginas interiores de este boletín podéis encontrar fotografías del regalo y  en la última página el texto que a modo de carta dirigida al Señor Bernoussi lo acompaña.

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